Salud

Estrategias personales para protegernos de los efectos de la contaminación del aire

Virginia González | Domingo 06 de diciembre de 2020

Somos los propios ciudadanos los que tenemos que realizar elecciones personales recomendadas para proteger nuestra salud respiratoria y, en general, frente a la contaminación del aire, contra la que ya no bastan solo las políticas públicas que se ponen en marcha.



Las medidas que pueden adoptar los ciudadanos de forma individual son:

  • Llevar mascarillas en las condiciones en que estén prescritas,
  • Limitar el ejercicio físico al aire libre en los días de más contaminación atmosférica y cerca de las fuentes de esta contaminación,
  • Reducir la exposición a la contaminación del aire de carreteras mientras se viaja de un lugar a otro o utilizar sistemas de calidad del aire para planificar las actividades.

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha querido llamar la atención sobre la importancia de que los ciudadanos empiecen a adoptar estas medidas, con motivo de la celebración del acto Impacto de la contaminación y el cambio climático sobre la salud. Visión de la neumología, los pacientes y la administración, que se celebró el pasado 2 de diciembre en Bilbao. El evento ha sido organizado por SEPAR en el marco del “Año SEPAR Por la calidad del aire. Cambio climático y salud”.

Las muertes causadas por la contaminación del aire se habían subestimado, ya que existen actualmente 9 millones de defunciones anuales de forma global en todo el mundo, de las cuales el 99% se deben a causas domésticas de la contaminación del aire y casi el 90% debido a la contaminación del aire ambiental ocurre entre la población con ingresos medios y bajos, donde la quema de combustibles sólidos para cocinar y calentar es un problema importante. Además, el 25% de muertes prematuras cuya causa es la contaminación del aire son de tipo respiratorio. Pero a las enfermedades y muertes por causas respiratorias relacionadas con la contaminación del aire hay que sumar la morbilidad y mortalidad cardiovascular, dado que la inhalación es la puerta de entrada común de los contaminantes.

Teniendo presentes estos datos y que éstos van al alza, que protegerse frente a la contaminación del aire no solo ayuda a proteger la salud respiratoria, sino también la cardiovascular y que no existe una exposición a la contaminación del aire que sea de riesgo cero, no solo es preciso poner en marcha políticas públicas, sino también hacer recomendaciones a los ciudadanos para que opten por elecciones personales que les permitan evitar el impacto de la contaminación del aire. Estas medidas son útiles para toda la ciudadanía, pero especialmente para personas con asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o que puedan desarrollar estas enfermedades en el futuro. Las evidencias respecto a las recomendaciones planteadas para reducir el impacto de la contaminación del aire, aplicables a nivel local, en distintos países.

Papel de la Sanidad en el calentamiento global

Junto a la contaminación del aire, el cambio climático ha sido identificada como la otra gran amenaza para la salud humana. “El cambio climático no es una cuestión de opinión. Es tan abrumadora la cantidad de evidencia que existe sobre el efecto antropogénico en el calentamiento global, que negarlo es simplemente un absurdo”. Así arranca el editorial de SEPAR más reciente sobre esta cuestión, publicado en Archivos de Bronconeumología y firmado por el doctor Carlos Cabrera, la doctora Isabel Urrutia, coordinadora del Área de Medio Ambiente de SEPAR y el doctor Carlos A. Jiménez-Ruiz, presidente de SEPAR.

El calentamiento global conlleva una gran cantidad de enfermedades, como las infecciones, por la diseminación de vectores; los brotes de enfermedades digestivas, por inundaciones; enfermedades psiquiátricas y mortalidad causada por las temperaturas extremas en las ciudades, hasta el punto que la OMS estima que en 2030, solo dentro de diez años, la mortalidad anual atribuible al cambio climático rondará las 250.000 personas y existe un consenso amplio en que la acción contra el cambio climático es probablemente la mayor oportunidad en salud del siglo XXI, según datos reseñados en el editorial.

La Sociedad Europea de Respiratorio (ERS) ha elaborado dos documentos de posicionamiento pidiendo la implicación de todos los profesionales de la medicina y de los neumólogos para luchar contra este calentamiento global. Al respecto, recientemente, se ha elaborado el primer documento que mide la huella de carbono de los sistemas sanitarios, a cargo de Health Care Without Harm y ARUP (empresa que ofrece soluciones sostenibles a problemas industriales) y que ha revelado hasta qué punto la sanidad contribuye a este calentamiento global. Así, si se unieran todos los sistemas sanitarios y formaran una nación, sería el quinto país del mundo en gases de efecto invernadero.

“Es paradójico que la sanidad, que debe velar por la salud de todos, contribuya de una forma tan importante a la pérdida de la salud, a través del calentamiento global. Es evidente que el sector sanitario debe hacer esfuerzos ímprobos para minimizar el daño que ocasiona a las personas, a través de sus propias emisiones, con medidas que hagan a nuestro sistema sanitario lo más sostenible y cuidadoso posible con el medioambiente”, sentencia la doctora Urrutia.

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