Actualidad

¿Deben Pfizer y BioNTech compartir la vacuna contra COVID-19 para aumentar el suministro global?

Secretos de Salud | Martes 24 de agosto de 2021
Tras la aprobación total de la vacuna contra la COVID-19 de ARNm de Pfizer-BioNTech, otorgada por parte de la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE. UU. (FDA, por sus siglas en inglés), Médicos Sin Fronteras (MSF) pide nuevamente a Pfizer y BioNTech que compartan de inmediato la tecnología y el conocimiento para realizar la vacuna con fabricantes en el continente africano que podrían ayudar a impulsar el suministro mundial.

Médicos Sin Fronteras (MSF) considera que deberían hacerlo a través del centro de transferencia de tecnología de las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud, alojado en Sudáfrica.

Con sólo el 1,7% de la población de África totalmente vacunada contra la COVID-19, el aumento y la diversificación de la producción y el suministro de vacunas de ARNm a través de fabricantes adicionales, comenzando con los que se encuentran en países del continente africano, ofrece una oportunidad para abordar de manera urgente y sostenible la inequidad de las vacunas durante esta pandemia y en el futuro.

"Establecer una capacidad de fabricación de vacunas de ARNm en África es absolutamente posible. Nuestro análisis muestra que al menos siete fabricantes en países africanos cumplen actualmente con los requisitos previos para producir las vacunas de ARNm, si toda la tecnología y la formación necesarias se compartieran abiertamente", asevera Lara Dovifat, de la Campaña de Acceso de MSF.

“De hecho, desde julio de 2020 hemos observado que Pfizer-BioNTech y Moderna facilitan la producción de vacunas de ARNm con fabricantes en Suiza, España y Alemania, todo en 8 meses, por lo que es claramente factible para otros fabricantes producir rápidamente vacunas de ARNm. La única razón por la que estas vacunas no se están produciendo más ampliamente es porque Pfizer-BioNTech y Moderna se niegan a compartir la tecnología y la información de la vacuna con los fabricantes, incluidos aquellos en Egipto, Marruecos, Sudáfrica y Túnez que podrían tener la capacidad de producir hasta a 100 millones de dosis anuales en un plazo de 10 meses”, concluye Dovifat.

En un análisis del Imperial College of London, encargado por MSF, el costo total estimado necesario para iniciar la fabricación de vacunas de ARNm en un sitio de fabricación existente y producir 100 millones de dosis es de aproximadamente 127 millones de dólares para la vacuna de BioNTech-Pfizer y 270 millones de dólares para la de Moderna.

Teniendo en cuenta los $2.5 mil millones de dólares de financiamiento público que se han invertido en el desarrollo de las vacunas de ARNm, y los ingresos por ventas pronosticados para 2021 de $26 mil millones y $19 mil millones para Pfizer-BioNTech y Moderna respectivamente, estas compañías tienen la obligación pública de facilitar el incremento de la producción y el suministro de vacunas siempre que sea posible.

Actualmente, solo el 1% de las dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech se han entregado a países de ingresos bajos (0,1%) y de ingresos bajos y medios (0,9%). Dado que los países de África históricamente importan el 99% de las vacunas que administran, esta dependencia claramente no es sostenible para un continente de 1,200 millones de personas.

"Como estamos viendo en los lugares en los que trabajamos, depender casi por completo de las importaciones y donaciones erráticas de vacunas, ha demostrado ser lamentablemente insuficiente para el acceso a las vacunas en el continente africano", afirma el Dr. Khosi Mavuso, representante médico de MSF en Sudáfrica. “A medida que surgen nuevas variantes y las personas continúan muriendo a causa de la COVID-19 a niveles alarmantes en África, la escasez de vacunas que estamos viendo es increíblemente preocupante. Este sufrimiento podría aliviarse si las compañías farmacéuticas compartieran la tecnología de ARNm y los conocimientos necesarios para producir más vacunas contra la COVID-19, a través del centro de transferencia de tecnología de la OMS, de modo que la producción local de vacunas pueda comenzar lo más pronto posible. Es un fracaso para la salud pública mundial que los gobiernos y productores de vacunas de ARNm no estén haciendo todo lo posible para aumentar la producción de vacunas contra la COVID-19 cuando hay potenciales fabricantes en el continente africano”, concluye.

Las vacunas de ARNm son una nueva herramienta médica revolucionaria que salva vidas, y son una opción ventajosa para su uso y fabricación en países de ingresos bajos y medios: son relativamente más sencillas, más rápidas y más baratas de producir que las vacunas tradicionales; es relativamente fácil escalar su producción y son altamente adaptables a nuevas variantes. Además, la tecnología de ARNm se puede adaptar para apuntar a otros patógenos, lo que significa que la misma plataforma se puede "cambiar" para producir diferentes vacunas o incluso terapias para otras enfermedades de interés, incluida la preparación para futuras pandemias.

“Apoyar una capacidad de fabricación de vacunas independiente y sostenible en un país africano solo requeriría la transferencia de tecnología de Pfizer-BioNTech y Moderna, pero cambiaría las reglas del juego para el acceso equitativo a las vacunas para las personas en países de ingresos bajos y medios”, asevera la Dra. Carrie Teicher , Directora de Programas de MSF en Estados Unidos. “El gobierno de EE. UU. debe instar de inmediato a Pfizer-BioNTech y Moderna a compartir la tecnología y el conocimiento de fabricación de la vacuna de ARNm contra la COVID-19. Realmente es una obviedad: compartir la tecnología sobre ARNm aumentará la producción y el suministro mundial de vacunas contra la COVID-19, salvando vidas en esta pandemia y en el futuro”.

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas