Un estudio liderado por la Universidad de Mongolia Interior revela que dejar grifos sin usar puede convertir el agua potable en un caldo de cultivo para bacterias resistentes a antibióticos. Investigadores analizaron muestras de agua en Hohhot, China, y encontraron que el estancamiento, especialmente en presencia de metales como el hierro, favorece la proliferación de microorganismos dañinos. Este fenómeno representa un riesgo significativo para la salud pública, ya que las biopelículas bacterianas pueden desarrollar resistencia a los tratamientos. La investigación destaca la necesidad de mejorar las regulaciones sobre la calidad del agua y concienciar sobre los peligros ocultos en el agua potable.
Un reciente estudio internacional ha revelado que dejar un grifo sin usar durante períodos prolongados puede convertir el agua potable en un caldo de cultivo para bacterias y microorganismos resistentes a los antibióticos. La investigación, liderada por la Universidad de Mongolia Interior (UMI) en China, con la colaboración de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), destaca que el agua estancada no solo presenta un sabor desagradable, sino que también puede ser perjudicial para la salud.
Stefanos Giannakis, investigador de la ETSI Caminos, Canales y Puertos, explica que el objetivo del estudio era evidenciar un problema invisible pero común: ¿qué sucede con el agua potable cuando permanece estancada en las tuberías? Los investigadores se propusieron analizar si pequeñas cantidades de metales como el hierro y el aluminio influyen en el crecimiento bacteriano y contribuyen a la propagación de bacterias resistentes a los antibióticos.
Para llevar a cabo su análisis, los científicos recolectaron muestras de agua del grifo en Hohhot, una ciudad china con 3,5 millones de habitantes. En esta localidad, el agua potable se desinfecta con cloro y contiene cloro residual. Tras dejar correr el agua durante 20 minutos, los investigadores tomaron 2 litros por muestra y simularon condiciones de estancamiento almacenando el líquido en un lugar oscuro. Para facilitar la adhesión de las bacterias, añadieron pequeñas esferas de vidrio.
Ling Feng, investigadora líder del estudio, comenta que se analizaron tanto el agua como las biopelículas formadas sobre las esferas para entender cómo crecen los microorganismos en estas condiciones. “Nuestra meta era resaltar los riesgos invisibles presentes en cualquier hogar y proporcionar evidencia que ayude a desarrollar políticas más seguras para el agua potable”, añade.
Los resultados obtenidos fueron alarmantes. Los investigadores encontraron que cuando el agua se estanca durante largos períodos, las bacterias proliferan rápidamente y forman biopelículas adheridas al interior de las tuberías. “La presencia de metales como el hierro hace que estas biopelículas sean aún más peligrosas, favoreciendo a patógenos como Salmonella entérica y Pseudomonas aeruginosa”, explica uno de los expertos.
Además, este entorno puede permitir que las bacterias desarrollen resistencia a los antibióticos, volviéndose más difíciles de erradicar. El estudio subraya que el hierro juega un papel crucial al fortalecer la conexión entre bacterias dañinas y genes de resistencia, lo cual representa un grave riesgo para la salud pública.