La desnutrición infantil en Kivu Norte, República Democrática del Congo, ha alcanzado niveles alarmantes, con un aumento del 309% en las muertes ocurridas entre 24 y 48 horas tras el ingreso en centros de tratamiento intensivo durante los primeros seis meses de 2025. La crisis humanitaria se agrava por la violencia y el desplazamiento de personas, lo que ha llevado a un incremento del 41,3% en las admisiones a la Unidad de Nutrición Terapéutica Intensiva. La situación se complica con el cierre de organizaciones internacionales y el aumento de precios de alimentos básicos, lo que exacerba la inseguridad alimentaria. Médicos Sin Fronteras continúa siendo la única organización internacional activa en Walikale, enfrentando desafíos logísticos significativos para brindar atención médica necesaria.
La desnutrición se convierte en una crisis alarmante para los niños en Kivu Norte, República Democrática del Congo
Durante el primer semestre de 2025, el número de muertes ocurridas entre las 24 y 48 horas posteriores al ingreso de pacientes en el centro de tratamiento intensivo para la desnutrición de Walikale ha aumentado un 309% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Esta cifra refleja una situación crítica que afecta a los más vulnerables.
Kivu Norte enfrenta una crisis humanitaria que se agrava día a día. La intensificación de los combates entre las fuerzas gubernamentales y grupos armados como el M23/AFC ha llevado a desplazamientos masivos y un aumento alarmante de la inseguridad alimentaria y la desnutrición. A finales de 2024, muchas organizaciones internacionales habían abandonado Walikale debido a la falta de financiación, dejando a Médicos Sin Fronteras como la única organización humanitaria internacional activa en la región tras 13 años de intervención.
Meaghan Hawes, coordinadora de proyectos en Walikale, señala que “la retirada de las organizaciones internacionales dificulta el apoyo a un sistema sanitario ya colapsado”. Este contexto ha llevado a un incremento del 6,7% en las admisiones al Hospital General de Referencia durante los primeros seis meses del año. La Unidad de Nutrición Terapéutica Intensiva (UNTI) reportó un aumento del 41,3% en admisiones, con cifras devastadoras: 12 muertes infantiles en abril y 34 en mayo. “La ocupación hospitalaria ha superado regularmente el 150%, lo que resalta la necesidad urgente de recursos adicionales”, añade Hawes.
El conflicto actual ha tenido un impacto significativo en la economía local, forzando a muchos trabajadores agrícolas a buscar empleo en minas cercanas. Este cambio ha resultado en una drástica reducción de la producción alimentaria local, exacerbando aún más la inseguridad alimentaria. Desde enero, se han registrado aumentos significativos en los precios básicos: un 50% para la harina de maíz y un 22% para las hojas de mandioca.
Las tendencias mortales relacionadas con la desnutrición son alarmantes. En el primer semestre del año, las muertes ocurridas dentro de las primeras 24 horas tras el ingreso a la UNTI aumentaron un 88,9%, mientras que aquellas entre las 24 y 48 horas se dispararon un 309%. Estas estadísticas indican que muchos pacientes llegan en estado crítico debido a obstáculos significativos para acceder a atención médica adecuada.
A pesar de ser una zona ya afectada por escasez médica antes del estallido reciente de violencia, ahora se enfrentan desafíos aún mayores. Hawes menciona que “muchos centros han sido saqueados”, dejando instalaciones sin recursos esenciales. Además, hay niveles preocupantes de absentismo entre el personal sanitario debido a salarios no pagados y amenazas directas contra su seguridad.
Médicos Sin Fronteras presta apoyo al Hospital General de Referencia y gestiona una red de siete centros más pequeños enfocados principalmente en el tratamiento infantil y atención prenatal. Sin embargo, la inseguridad persistente complica enormemente la logística necesaria para transportar suministros médicos. Desde que Goma fue tomada por el M23, su aeropuerto permanece cerrado y las carreteras principales hacia Walikale son intransitables.
"Hacemos un llamado urgente para facilitar el paso seguro del personal médico y suministros", concluye Natalia Torrent, coordinadora general en el norte del país.
Cifra | Descripción |
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309% | Aumento de muertes ocurridas entre 24 y 48 horas tras el ingreso en el centro de tratamiento intensivo para pacientes con desnutrición en comparación con el mismo periodo de 2024. |
88.9% | Aumento de muertes ocurridas en las primeras 24 horas tras el ingreso en la Unidad de Nutrición Terapéutica Intensiva (UNTI) comparado con el primer semestre de 2024. |
6.7% | Aumento de admisiones en el Hospital General de Referencia de Walikale comparado con el mismo periodo del año anterior. |
41.3% | Aumento en las admisiones a la Unidad de Nutrición Terapéutica Intensiva (UNTI) durante el mismo periodo. |
La desnutrición infantil ha alcanzado niveles alarmantes en Kivu Norte, con un aumento del 309% en las muertes ocurridas entre las 24 y 48 horas tras el ingreso en el centro de tratamiento intensivo para pacientes con desnutrición en Walikale durante los primeros seis meses de 2025, en comparación con el mismo periodo de 2024.
La crisis se ha visto agravada por el conflicto armado que ha llevado a desplazamientos masivos, inseguridad alimentaria y una creciente desnutrición. La retirada de muchas organizaciones internacionales debido a la falta de financiación también ha complicado la situación.
El conflicto ha empujado a muchos trabajadores agrícolas a buscar empleo en minas cercanas, lo que ha reducido drásticamente la producción alimentaria local. Esto ha resultado en un aumento significativo de los precios de alimentos básicos, exacerbando la inseguridad alimentaria.
MSF está proporcionando apoyo al Hospital General de Referencia de Walikale y a otros centros de salud, enfocándose en el tratamiento de la desnutrición infantil, pediatría y atención prenatal. Además, están gestionando clínicas para sobrevivientes de violencia sexual y trabajando para mejorar el acceso al agua y saneamiento.
La persistente inseguridad complica enormemente la logística para transportar suministros médicos. Los combates han cerrado carreteras clave y dificultado el acceso a las comunidades locales, lo que limita las actividades médicas necesarias.