La guerra en Sudán está exacerbando un grave brote de cólera, con más de 99,700 casos sospechosos y más de 2,470 muertes reportadas desde su declaración hace un año. En la región de Darfur, se han atendido a más de 2,300 pacientes y se han registrado 40 muertes en solo una semana. La crisis se agrava por la escasez de agua potable y condiciones insalubres que dificultan las medidas de higiene. Las organizaciones humanitarias advierten sobre la necesidad urgente de mejorar los servicios de agua y saneamiento, así como implementar campañas de vacunación para frenar la propagación del cólera en el país y sus alrededores.
La guerra en Sudán está exacerbando una crisis de salud pública sin precedentes, marcada por el peor brote de cólera que el país ha experimentado en años. Desde su declaración por parte del Ministerio de Salud hace un año, hasta el 11 de agosto se han reportado cerca de 99.700 casos sospechosos y más de 2.470 muertes asociadas a esta enfermedad. En la región de Darfur, los equipos médicos han atendido a más de 2.300 pacientes y han registrado 40 muertes en solo una semana, según datos proporcionados por el Ministerio de Salud.
El cólera está afectando gravemente a una población ya vulnerable, que enfrenta escasez de agua potable, lo que dificulta la implementación de medidas básicas de higiene como el lavado de utensilios y alimentos. La situación es especialmente crítica en Tawila, donde aproximadamente 380.000 personas han huido debido a los combates alrededor de El Fasher, según informes de la ONU. A finales de julio, los equipos médicos habían tratado a más de 2.300 pacientes con cólera, pero el centro de tratamiento del Hospital de Tawila, diseñado para 130 camas, tuvo que albergar hasta 400 pacientes durante la primera semana de agosto.
En Tawila, la población sobrevive con apenas tres litros de agua al día, muy por debajo del mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que establece un umbral crítico de 7.5 litros diarios por persona para cubrir necesidades básicas como beber y cocinar. Con el incremento en los casos de cólera y la escasez creciente de recursos, se requieren con urgencia servicios adecuados de agua potable y saneamiento para prevenir más muertes.
"Las familias en los campamentos no tienen otra opción que consumir agua contaminada", señala Sylvain Penicaud, coordinador del proyecto en Tawila. "Recientemente se encontró un cadáver en un pozo dentro del campamento; aunque fue retirado, las personas volvieron a beber esa misma agua dos días después". Esta situación refleja la desesperación y falta de opciones seguras para acceder al agua.
A unos 100 kilómetros al sur, Golo también enfrenta un brote alarmante desde el 13 de julio. Se estableció un centro de tratamiento con 73 camas que rápidamente se vio desbordado; solo el 3 de agosto llegaron 137 pacientes. Para manejar los casos menos graves, se habilitaron cinco puntos adicionales para rehidratación oral, pero los equipos médicos advierten que el brote continúa propagándose rápidamente hacia otras localidades cercanas.
A medida que las fuertes lluvias contaminan las fuentes hídricas y dañan infraestructuras esenciales, los casos siguen aumentando también en Darfur Sur. En coordinación con el Ministerio de Salud, se ha ampliado el centro del cólera en Nyala a 80 camas; sin embargo, la respuesta se ve limitada por la falta urgente tanto de vacunas como de pastillas potabilizadoras.
"Los centros están colapsados", expresa Samia Dahab, residente del campamento Otash en Nyala. "Algunas áreas tienen acceso a agua mientras que otras dependen de quioscos lejanos o vacíos; incluso hay zonas donde el agua es salada y nos vemos obligados a consumirla sin hervir". La situación se complica aún más con los desplazamientos forzados por los combates, lo cual facilita la propagación del cólera no solo dentro del país sino también hacia Chad y Sudán del Sur.
En Damazin, MSF ha ampliado su centro para atender a repatriados provenientes del sur del país; aquí se observa una alarmante combinación entre cólera y desnutrición severa. Entre el 3 y el 9 de agosto fallecieron seis pacientes con cólera que además sufrían desnutrición aguda.
"La situación es extremadamente crítica", afirma Tuna Turkmen, jefe del proyecto MSF en Sudán. "El brote se está extendiendo más allá incluso de los campamentos para desplazados". Urge establecer un mecanismo internacional eficaz para coordinar respuestas ante epidemias que permita proporcionar asistencia sanitaria adecuada y mejorar las condiciones sanitarias en las áreas afectadas.
"Cada día perdido representa vidas humanas", concluye Turkmen. "MSF está lista para colaborar con organismos como UNICEF y OMS para implementar campañas masivas contra el cólera en Darfur; no podemos permitir que quienes sobreviven a la guerra mueran por enfermedades prevenibles".
Cifra | Descripción |
---|---|
99,700 | Casos sospechosos de cólera registrados hasta el 11 de agosto. |
2,470 | Muertes relacionadas con el cólera registradas hasta el 11 de agosto. |
2,300 | Pacientes atendidos en Darfur en la última semana. |
40 | Muertes registradas en Darfur en la última semana. |
Sudán está enfrentando su peor brote de cólera en años, con más de 99.700 casos sospechosos y más de 2.470 muertes registradas hasta el 11 de agosto. En la región de Darfur, se han atendido a más de 2.300 pacientes y se han registrado 40 muertes en una semana.
La guerra en Sudán ha exacerbado la crisis, ya que las personas desplazadas enfrentan escasez de agua y condiciones insalubres que dificultan las medidas de higiene esenciales. Además, las fuertes lluvias han contaminado el agua y dañado los sistemas de alcantarillado.
MSF y el Ministerio de Salud están trabajando juntos para tratar a los pacientes con cólera y han abierto centros de tratamiento, aunque estos se encuentran desbordados debido al alto número de casos. Se necesitan urgentemente servicios de agua potable y saneamiento para evitar más muertes.
En algunas áreas como Tawila, la población sobrevive con solo tres litros de agua al día, lo cual es menos de la mitad del mínimo recomendado por la OMS. Esto limita su capacidad para beber, cocinar y mantener una higiene adecuada.
MSF ha hecho un llamado urgente para establecer un mecanismo internacional coordinado que brinde asistencia sanitaria, mejore los servicios de agua y saneamiento, y lleve a cabo campañas de vacunación contra el cólera en las zonas afectadas.