La soledad y el aislamiento social son factores que impactan significativamente en el inicio y desarrollo de la demencia, según un reciente webinar organizado por la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA). La médico geriatra Belén González Glaría destacó que el contacto social puede prevenir o retrasar la aparición de esta enfermedad, comparándose en importancia con otros factores de riesgo como la hipertensión. La soledad no deseada, especialmente entre mujeres mayores, se ha convertido en una epidemia global que afecta a diversas poblaciones y está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cognitivas y físicas. Se enfatiza la necesidad de políticas integrales para combatir este problema y promover el bienestar de las personas mayores. Para más información, visita el enlace completo.
Pamplona, 3 de octubre de 2025.- La soledad y el aislamiento social están emergiendo como factores críticos en el inicio y desarrollo de la demencia, según se expuso en un reciente webinar titulado ‘El impacto del aislamiento social y la soledad en la salud mental y física de las personas mayores con demencia’. Este evento fue organizado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA), donde se destacó la relevancia del contacto social como una herramienta potencial para prevenir o retrasar el avance de esta enfermedad neurodegenerativa.
La médico geriatra del Hospital Universitario de Navarra, Belén González Glaría, quien también es miembro del grupo de demencias de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), abordó cómo el contacto social puede influir en la evolución de la demencia al mismo nivel que otros factores reconocidos, como la hipertensión y la inactividad física. “La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento”, afirmó González Glaría, enfatizando que los estilos de vida saludables pueden modular su riesgo.
Durante el webinar, se presentaron estadísticas alarmantes sobre el aumento de hogares unipersonales en España, que ya representan el 28% del total, lo que equivale a aproximadamente 5,4 millones de personas. La soledad no deseada es especialmente prevalente entre mujeres mayores de 65 años y ha adquirido características de epidemia global, afectando a individuos independientemente de su edad, género o situación económica.
Este tipo de soledad está asociado con un incremento en el riesgo de desarrollar demencia, así como problemas como depresión y enfermedades cardiovasculares. Además, su impacto económico es considerable; se estima que costó más de 14.000 millones de euros en 2021.
Investigaciones recientes sugieren que participar en actividades sociales significativas puede ser clave para prevenir o retrasar el inicio de la demencia. Sin embargo, aún se requieren estudios más concluyentes que analicen directamente los efectos positivos de estas intervenciones sociales. La doctora González Glaría subrayó también la necesidad imperiosa de asegurar acompañamiento durante todo el proceso para quienes padecen demencia y sus cuidadores, resaltando que la soledad del cuidador merece atención específica.
En este sentido, González Glaría hizo hincapié en que combatir la soledad no deseada debe ser una responsabilidad compartida, involucrando a individuos, familias, profesionales del ámbito sociosanitario y administraciones públicas. Es fundamental implementar políticas integrales que fomenten el contacto social y financien proyectos comunitarios destinados a mitigar este problema.
Finalmente, enfatizó que garantizar el bienestar de las personas con demencia es un compromiso colectivo: “Cubrir sus necesidades básicas, incluido no sentirse solos, debe ser una prioridad”.
Cifra | Descripción |
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28% | Porcentaje de hogares unipersonales en España. |
5,4 millones | Número de personas que viven solas en España. |
14.000 millones de euros | Coste estimado en 2021 asociado a la soledad no deseada. |
4,8 millones | Número de personas que conviven en España con Alzheimer y otras demencias. |
La soledad y el aislamiento tienen un gran impacto en el inicio y desarrollo de demencia, afectando la salud cognitiva, emocional y física de las personas mayores.
Se enfatizó que la soledad no deseada es un fenómeno con profundas implicaciones para la salud y que su lucha debe ser una responsabilidad compartida entre individuos, familias, profesionales del ámbito socio-sanitario y administraciones públicas.
El contacto social, a través de actividades sociales y relaciones significativas, puede prevenir o retrasar el inicio de la demencia. Sin embargo, se necesitan más investigaciones concluyentes sobre este tema.
En España, los hogares unipersonales representan el 28% del total, lo que indica un aumento significativo en la soledad no deseada, especialmente entre mujeres mayores de 65 años.
Se requieren políticas integrales que promuevan el contacto social, financien proyectos comunitarios y sensibilicen sobre el impacto de la soledad en la salud pública.