La situación de desnutrición en Gaza ha alcanzado niveles alarmantes, afectando gravemente a madres y recién nacidos. UNICEF ha informado que las mujeres embarazadas y lactantes sufren hambre debido al cerco israelí, lo que ha resultado en un aumento significativo de bebés con bajo peso al nacer. En octubre de 2023, más de 8,300 mujeres recibieron tratamiento por desnutrición aguda. La directora de comunicación de UNICEF, Tess Ingram, advirtió sobre el "efecto dominó" que la malnutrición tiene en las generaciones futuras, destacando que muchos recién nacidos están marcados por la guerra antes de dar su primer aliento. La organización hace un llamado urgente para aumentar la ayuda humanitaria en la región y mejorar el acceso a alimentos nutritivos.
La situación en Gaza se ha vuelto insostenible para las madres y sus recién nacidos, quienes enfrentan un panorama sombrío marcado por la desnutrición. Una alta funcionaria de UNICEF ha alertado sobre las consecuencias devastadoras del cerco impuesto por Israel, que ha restringido la llegada de ayuda humanitaria y alimentos a la región.
Las mujeres que han padecido hambre en Gaza están dando a luz a bebés con bajo peso o prematuros, muchos de los cuales no logran sobrevivir en unidades de cuidados intensivos debido a una desnutrición aguda. Tess Ingram, directora de comunicación de UNICEF, informó que al menos 165 niños han perdido la vida de manera «dolorosa y evitable» por esta causa durante el conflicto entre Hamás e Israel.
Un aspecto menos conocido pero igualmente alarmante es el aumento del hambre aguda entre mujeres embarazadas y lactantes. Este fenómeno tiene un impacto devastador en miles de recién nacidos. Ingram relató: «He visto a varios recién nacidos que pesaban menos de un kilo», luchando por mantenerse con vida.
Durante una conferencia virtual desde Ginebra, Ingram destacó que los bebés con bajo peso al nacer tienen aproximadamente 20 veces más probabilidades de morir en comparación con aquellos que nacen con un peso saludable. Antes del inicio del conflicto en 2022, el Ministerio de Salud de Gaza reportaba un promedio mensual de 250 bebés nacidos con un peso inferior a 2,5 kilogramos, lo que representaba cerca del 5% del total.
Sin embargo, en la primera mitad de 2025, esa cifra se elevó al 10%, alcanzando unos 300 bebés al mes. En los tres meses previos al alto el fuego, este número se disparó a 460 mensuales, lo que equivale a casi el doble respecto a los niveles anteriores a la guerra.
«El bajo peso al nacer suele deberse a la mala alimentación materna, el aumento del estrés y la limitada atención prenatal», explicó Ingram. La situación actual en Gaza refleja estos problemas críticos, y la respuesta humanitaria no está siendo suficiente para abordar la magnitud de la crisis.
En octubre pasado, 8,300 mujeres embarazadas y lactantes fueron tratadas por desnutrición aguda, una condición que antes no era común en este grupo demográfico. Ingram advirtió que esta tendencia representa una grave señal y podría resultar en más nacimientos de bebés con bajo peso en los próximos meses: «Esto no ha terminado».
Ante esta alarmante situación, la ONU ha comenzado a reemplazar incubadoras y respiradores destruidos durante el conflicto. Además, UNICEF ha proporcionado suplementos nutricionales a decenas de miles de mujeres embarazadas y lactantes para prevenir la desnutrición y ha llevado a cabo pruebas para detectar condiciones similares en niños pequeños.
No obstante, es crucial que llegue más ayuda humanitaria a Gaza para mejorar estas condiciones críticas. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló recientemente que factores como la inseguridad y los retrasos en las aduanas siguen obstaculizando el acceso a los más vulnerables.
La apertura del paso fronterizo de Rafah podría facilitar el ingreso de camiones humanitarios y reducir el número alarmante de niños malnutridos. Ingram enfatizó: «Necesitamos urgentemente todo tipo de ayuda, especialmente alimentos nutritivos», subrayando también la necesidad de reabastecer los mercados locales para hacer accesibles productos básicos como frutas, verduras y lácteos.
A pesar del alto el fuego temporal establecido hace dos meses, Ingram recordó que más de 70 niños han muerto desde su inicio. Este contexto resalta aún más la urgencia por garantizar seguridad para las familias afectadas por el conflicto.
«Generaciones enteras han quedado marcadas por lo que han sufrido», afirmó Ingram, quien observa diariamente las repercusiones generacionales del conflicto en hospitales y clínicas. El sufrimiento causado por la guerra es menos visible que las heridas físicas pero está presente en cada rincón.
Ingram insistió en que el «efecto dominó» —el impacto negativo sobre las mujeres embarazadas y sus hijos— debería haberse evitado. «Ningún niño debería ser marcado por la guerra antes incluso de dar su primer aliento», concluyó mientras denunciaba las restricciones impuestas a la ayuda humanitaria israelí que han dejado a muchas madres hambrientas y estresadas.
«Se podría haber evitado tanto sufrimiento si se hubiera respetado el derecho internacional humanitario», sentenció Ingram ante esta trágica realidad.
| Cifra | Descripción |
|---|---|
| 165 | Número de niños que han fallecido por desnutrición durante la guerra. |
| 250 | Media de bebés que nacían al mes con peso inferior a 2,5 kg antes de la guerra. |
| 300 | Porcentaje de bebés con bajo peso al nacer en la primera mitad de 2025 (10% de todos los nacimientos). |
| 460 | Número de bebés al mes con bajo peso al nacer en los tres meses anteriores al alto el fuego. |
| 8300 | Mujeres embarazadas y lactantes ingresadas para recibir tratamiento por desnutrición aguda solo en octubre. |
UNICEF ha alertado que los bebés nacen con bajo peso o son prematuros debido a la desnutrición de las madres, exacerbada por el cerco y la falta de ayuda humanitaria. Al menos 165 niños han fallecido por desnutrición durante el conflicto.
El bajo peso al nacer se debe a la mala alimentación de las madres, el aumento del estrés materno y la atención prenatal limitada. Estos factores han aumentado significativamente desde el inicio del conflicto.
UNICEF está proporcionando suplementos a mujeres embarazadas y lactantes, realizando pruebas de detección de desnutrición aguda en niños pequeños y promoviendo programas de tratamiento. Sin embargo, se necesita más ayuda humanitaria urgente.
El conflicto ha dejado un impacto duradero en las familias, afectando tanto a las madres como a los recién nacidos. La malnutrición y el estrés pueden tener efectos generacionales que alteran la salud y bienestar de futuras generaciones.
Los obstáculos incluyen inseguridad, problemas aduaneros y retrasos en los pasos fronterizos que dificultan el flujo de ayuda hacia los más vulnerables.
Es crucial aumentar el flujo de camiones humanitarios, especialmente alimentos nutritivos, y reabastecer los mercados locales para que los precios sean accesibles para las familias afectadas.