Tercera edad

Mejorar las condiciones laborales en el sector de cuidados es urgente

Redacción | Miércoles 27 de agosto de 2025

En España, más de 600.000 personas, principalmente mujeres, trabajan en el sector de los cuidados bajo el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD). Sin embargo, enfrentan condiciones laborales precarias, con salarios significativamente bajos y una carga de trabajo excesiva. Un informe reciente destaca que el 85% del empleo en este sector es femenino, muchas trabajadoras sufren problemas de salud como dolor lumbar crónico y ansiedad, y los accidentes laborales son frecuentes. A pesar de su vocación, muchas abandonan el sector en busca de mejores condiciones en otras áreas, como la sanidad. Es urgente mejorar las condiciones laborales para dignificar esta labor esencial y asegurar la sostenibilidad del sistema ante el envejecimiento poblacional.



En España, más de 600.000 personas, en su mayoría mujeres, se dedican diariamente al cuidado de otros, en el marco del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD). Sin embargo, esta labor esencial se encuentra envuelta en una realidad laboral que refleja precariedad, desgaste físico y emocional, y una alarmante falta de reconocimiento.

La “Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad. Un proceso de desinstitucionalización (2024-2030)” subraya la importancia de las personas cuidadoras, lo que resalta la necesidad de conocer las condiciones laborales en las que operan quienes sostienen este sector.

Un informe revelador

Un reciente estudio elaborado por Afi, 40dB y SiiS, impulsado por la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, proporciona cifras y testimonios sobre esta situación crítica. Según el informe, el 85% del empleo formal en cuidados está ocupado por mujeres, muchas de ellas mayores de 45 años y una de cada cuatro es inmigrante. A pesar de su vocación, estas trabajadoras enfrentan salarios que son hasta 10.000 € menos que la media nacional, contratos temporales y jornadas parciales no deseadas, además de una carga laboral que supera lo estipulado.

Las consecuencias son alarmantes: el 42% de las trabajadoras entre 45 y 65 años padece dolor lumbar crónico y el 23%

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