Un nuevo estudio de investigadores del MIT y la Escuela de Medicina de Harvard revela que las células inmunitarias modificadas genéticamente, conocidas como CAR-NK (células asesinas naturales), pueden ser más efectivas en la lucha contra el cáncer. Estas células son programadas para atacar células cancerosas y, gracias a modificaciones recientes, tienen menos probabilidades de ser rechazadas por el sistema inmunológico del paciente. Este avance podría permitir la creación de tratamientos "listos para usar" que se puedan administrar inmediatamente tras el diagnóstico. En pruebas con ratones, las CAR-NK demostraron eliminar eficazmente las células cancerosas mientras evadían la respuesta inmune del huésped. Este enfoque promete una alternativa más segura a las terapias tradicionales con CAR-T, con potenciales aplicaciones en ensayos clínicos futuros.
Un nuevo estudio ha revelado avances significativos en la lucha contra el cáncer mediante el uso de células inmunitarias modificadas genéticamente, conocidas como CAR-NK (células asesinas naturales). Estas células, similares a las CAR-T, pueden ser programadas para atacar y destruir células cancerosas.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Escuela de Medicina de Harvard han desarrollado un método innovador que reduce la probabilidad de que estas células sean rechazadas por el sistema inmunológico del paciente, un desafío común en este tipo de tratamientos.
Este avance podría facilitar la creación de CAR-NK "listas para usar", permitiendo que los pacientes reciban tratamiento inmediatamente tras su diagnóstico. A diferencia de los enfoques tradicionales que requieren semanas para preparar las células, esta nueva técnica promete acelerar el proceso.
“Esto nos permite realizar una ingeniería de una sola etapa en las CAR-NK que pueden evitar el rechazo por parte de las células T del huésped y otros componentes del sistema inmunológico. Además, son más eficaces en la eliminación de células cancerosas y más seguras”, explica Jianzhu Chen, profesor de biología en MIT y uno de los autores principales del estudio.
En experimentos realizados con ratones que tienen sistemas inmunológicos humanizados, los investigadores demostraron que estas CAR-NK podían destruir la mayoría de las células cancerosas mientras evadían el sistema inmune del huésped.
Rizwan Romee, profesor asociado de medicina en Harvard y coautor del artículo publicado hoy en Nature Communications, destaca la importancia de estos hallazgos. El autor principal es Fuguo Liu, investigador postdoctoral en el Koch Institute y Dana-Farber.
Las células NK son fundamentales en las defensas naturales del cuerpo, encargándose principalmente de localizar y eliminar células cancerosas e infectadas por virus. Una estrategia clave utilizada por estas células es la degranulación, donde liberan perforina para inducir la muerte celular.
Para crear CAR-NK destinadas a pacientes con cáncer, se extraen muestras de sangre del paciente. Las células NK se aíslan y se modifican para expresar un receptor antigénico quimérico (CAR), diseñado para reconocer proteínas específicas en las células tumorales.
A continuación, estas células deben proliferar durante varias semanas antes de ser transfundidas nuevamente al paciente. Este proceso también se aplica a las CAR-T. Aunque varias terapias CAR-T han sido aprobadas para tratar leucemias y linfomas, los tratamientos con CAR-NK aún están en ensayos clínicos.
Dado que crecer una población suficiente de células modificadas puede llevar tiempo y afectar su viabilidad, los investigadores están explorando el uso de células NK provenientes de donantes sanos. Estas podrían cultivarse en grandes cantidades y estar disponibles cuando se necesiten. Sin embargo, existe el riesgo de que el sistema inmunológico del receptor ataque estas células como si fueran extranjeras.
El equipo del MIT ha investigado cómo ayudar a las NK a “ocultarse” del sistema inmune del paciente. Sus estudios muestran que estas células pueden evadir una respuesta inmune si no llevan proteínas superficiales llamadas HLA clase 1, que suelen activar a las células T cuando no son reconocidas como propias.
Los investigadores lograron modificar genéticamente las NK para interferir con los genes responsables de HLA clase 1 utilizando secuencias de siRNA (ARN pequeño interferente). También incorporaron genes adicionales que mejoran la efectividad celular en la lucha contra el cáncer.
Las pruebas realizadas en ratones con un sistema inmunológico similar al humano mostraron resultados prometedores. Los ratones tratados con CAR-NK mantuvieron una población celular activa durante al menos tres semanas y casi eliminaron el cáncer presente. En contraste, aquellos que recibieron NK sin modificaciones o solo con el gen CAR fueron atacados por sus propias defensas inmunológicas, resultando en una rápida desaparición celular y propagación tumoral.
Además, estos nuevos CAR-NK presentan un menor riesgo de inducir síndrome de liberación citoquina, un efecto secundario comúnmente asociado a tratamientos inmunoterapéuticos que puede acarrear complicaciones graves.
Dada su potencial seguridad mejorada, Chen anticipa que las CAR-NK podrían eventualmente reemplazar a las CAR-T. Para aquellas CAR-NK actualmente en desarrollo dirigidas a linfomas u otros tipos de cáncer, será posible adaptarles esta nueva construcción genética desarrollada en este estudio.
Los investigadores planean llevar a cabo ensayos clínicos sobre este enfoque junto a colegas en Dana-Farber y están colaborando con una empresa biotecnológica local para probar CAR-NK como tratamiento para lupus, un trastorno autoinmunitario donde el sistema inmune ataca tejidos sanos.
Financiamiento: La investigación recibió apoyo parcial por parte de Skyline Therapeutics y varios fondos dedicados a la investigación oncológica.
Las células CAR-NK (natural killer) son un tipo de célula inmunitaria modificada genéticamente que puede ser programada para atacar células cancerosas, similar a las células CAR-T.
Las nuevas células CAR-NK son menos propensas a ser rechazadas por el sistema inmunológico del paciente, lo que es un problema común en este tipo de tratamientos. Además, se pueden desarrollar más rápidamente, permitiendo su uso "listo para usar" al momento del diagnóstico.
Las células NK localizan y destruyen células cancerosas mediante un proceso llamado degranulación, donde liberan una proteína llamada perforina que induce la muerte celular.
Los investigadores modificaron genéticamente las células NK para que no expresen proteínas HLA clase 1 en su superficie, lo cual les permite evadir la respuesta de las T-células del huésped.
En estudios con ratones con sistemas inmunitarios humanizados, las nuevas células CAR-NK pudieron eliminar casi todas las células cancerosas mientras evitaban el ataque del sistema inmunológico del huésped.
Los investigadores esperan realizar ensayos clínicos con este enfoque y están colaborando con una empresa biotecnológica local para probar estas células en el tratamiento del lupus.