La Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE) ha manifestado su preocupación ante el reciente anteproyecto de Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, aprobado por el Consejo de Ministros el 15 de julio. Aunque AESTE reconoce la necesidad de adaptar la actual legislación, advierte que el nuevo texto podría conllevar un aumento en la desprofesionalización de los cuidados y afectar negativamente a la equidad de género.
AESTE destaca varios aspectos positivos del anteproyecto, como el reconocimiento de los servicios sociales como esenciales y la consideración de la teleasistencia como un derecho subjetivo para quienes se encuentran en situación de dependencia. Además, se incluyen nuevos servicios destinados a mejorar la autonomía personal, así como un impulso a la investigación y la innovación social.
Preocupaciones sobre la implementación
No obstante, AESTE ha expresado inquietudes sobre la falta de concreción en cuanto a la implementación del nuevo marco normativo y ciertos servicios específicos, como la asistencia personal. La asociación advierte que “el texto puede generar expectativas entre los ciudadanos que las comunidades autónomas no podrán satisfacer en el corto o medio plazo”, subrayando que se trata del reconocimiento de derechos fundamentales.
Desde AESTE, también se cuestiona el impacto que podrían tener algunas nuevas prestaciones. Se teme que estas iniciativas fomenten una desprofesionalización en los cuidados, lo cual podría acentuar desigualdades ya existentes. Según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, más del 80% de los permisos por cuidado son solicitados por mujeres, lo que sugiere que una norma que favorezca los cuidados no profesionales podría agravar esta situación.
Un llamado al diálogo sectorial
AESTE lamenta que el proceso legislativo no haya incluido un verdadero espacio para el diálogo sectorial. La organización señala que “aunque se han cumplido los trámites formales de consulta, ha faltado una búsqueda real de consenso con los actores del sistema”. Es fundamental establecer un diálogo efectivo que garantice tanto la sostenibilidad como una cobertura adecuada para todas las personas en situación de dependencia.
Con casi dos décadas desde la aprobación inicial de la Ley 39/2006, era imperativo actualizarla para abordar nuevos retos sociales y demográficos. Sin embargo, AESTE insiste en que cualquier avance debe estar respaldado por una cobertura suficiente basada en cuidados profesionales y de calidad. Este enfoque no debe traducirse en una mayor carga para cuidadores no profesionales ni en menospreciar otros recursos esenciales como los servicios residenciales.
El desarrollo del nuevo marco legal debe llevarse a cabo con responsabilidad y profesionalización para asegurar unos servicios adecuados frente a los desafíos actuales y futuros.
Preguntas sobre la noticia
¿Cuál es la preocupación principal de AESTE respecto a la reforma de la Ley de Dependencia?
AESTE advierte del riesgo de desprofesionalización de los cuidados y expresa su preocupación por la falta de concreción sobre la puesta en marcha de la norma y algunos servicios, como la asistencia personal.
¿Qué aspectos positivos destaca AESTE en el anteproyecto de ley?
AESTE valora el reconocimiento de los servicios sociales como esenciales, la consideración de la teleasistencia como derecho subjetivo, y la inclusión de nuevos servicios para la autonomía personal.
¿Cómo puede afectar esta reforma a las desigualdades de género?
AESTE señala que una norma que promueva cuidados no profesionales podría agravar desigualdades estructurales, ya que más del 80% de los permisos por cuidado recaen en mujeres.
¿Qué se necesita para garantizar el éxito de esta reforma?
Es necesario un diálogo real y coordinación entre los actores del sistema para asegurar sostenibilidad y cobertura efectiva para todas las personas en situación de dependencia.
¿Por qué es necesaria una actualización de la Ley de Dependencia?
Después de casi dos décadas desde su aprobación, era crucial actualizarla para responder a nuevos retos sociales y demográficos, promoviendo la autonomía personal y prestaciones adecuadas.