Un equipo científico español, liderado por el IGME-CSIC y el ICM-CSIC, iniciará el 8 de enero una expedición a la Antártida para investigar fugas de gas metano en el Océano Austral. Este proyecto, denominado Iceflame, tiene como objetivo caracterizar cómo el retroceso de los glaciares afecta a los depósitos de metano helado, un potente gas de efecto invernadero. Durante 24 días, los investigadores utilizarán sondas sísmicas y recogerán muestras de sedimento a profundidades de hasta 4.000 metros. Se estima que en la Península Antártica hay alrededor de 24 gigatoneladas de carbono en forma de hidratos de metano, lo que representa un potencial impacto significativo en el cambio climático global. La investigación busca llenar vacíos en el conocimiento sobre la interacción entre estos sistemas y los recientes cambios ambientales en la región.
Un equipo de investigación del Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR) de la Universidad de Cádiz ha descubierto que el exceso de nutrientes y la acción de herbívoros afectan negativamente al secuestro de carbono en las praderas marinas. Este estudio revela cómo el cambio climático y la alteración en las interacciones entre plantas y animales modifican los ciclos de carbono, impactando tanto la biodiversidad marina como la capacidad de estas praderas para actuar como sumideros de carbono. La investigación destaca que la contaminación por nitrógeno y fósforo, derivada de actividades humanas, provoca sobrecrecimiento de algas y erosión del ecosistema, lo que podría tener consecuencias devastadoras para la salud del medio marino. Los hallazgos subrayan la importancia de proteger estos ecosistemas costeros frente a los efectos del cambio climático y la contaminación.
Un nuevo informe advierte que las personas forzadas a huir de la guerra, la violencia y la persecución se encuentran cada vez más en la primera línea de la crisis climática global, expuestas a una combinación letal de amenazas, y sin la financiación y el apoyo necesarios para adaptarse.
DANA en el este y el sur de España
Las terribles consecuencias de la DANA que ha asolado el este y el sur de la península ibérica ponen de manifiesto que la prevención y la adaptación de España a los eventos meteorológicos cada vez más extremos es urgente e imprescindible. Desde Greenpeace ahondan en cómo podemos prepararnos para eventos meteorológicos extremos.
Tal y como señala la ONU, las emisiones anuales de gases de efecto invernadero están en su punto más alto, con un aumento del 1,3% el año pasado. Si no reducimos esas emisiones un 9% cada año hasta 2030 no podremos evitar lo peor del cambio climático. Las políticas actuales nos encaminan hacia un catastrófico aumento de la temperatura media del planetea de 3,1 grados centígrados a finales de siglo, muy por encima del calentamiento de 1,5 grados pactado en el Acuerdo de París.
Un informe en el que participa la agencia meteorológica de la ONU advierte que los niveles de gases de efecto invernadero y las temperaturas mundiales siguen batiendo récords. La responsable del organismo pide a los Estados aprovechar la “oportunidad excepcional” que supone la Cumbre del Futuro y tomar medidas “urgentes y ambiciosas”.
Junio hiló trece meses consecutivos de marcas sin precedente y produjo olas de calor prolongadas en muchos países. En la superficie del mar, el calor los ecosistemas y genera energía que alimenta huracanes, como ocurrió con Beryl, que causó destrozos en el Caribe. La temperatura global media del último año ha superado 1,5°C los niveles preindustriales, revela la agencia meteorológica mundial.
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Especialistas de toda Europa han solicitado una mayor protección de los océanos para garantizar su capacidad de seguir protegiendo a las personas. En un informe del European Marine Board, coordinado por Gilles Lericolais, se destaca la necesidad de un enfoque multidisciplinario y una gobernanza adecuada para salvaguardar estos ecosistemas vitales. El documento, que cuenta con la participación de 33 expertos de 16 países, enfatiza la importancia de investigar el impacto del cambio climático y otros factores estresantes en los océanos. Se proponen acciones como la movilización de inversiones sostenibles, la creación de bases de datos accesibles y la formación interdisciplinaria para mejorar la gestión marina.
¿Quieren que sus facturas de alimentación y energía suban aún más?; ¿quieren que sus países dejen de ser competitivos económicamente?; ¿quieren más inestabilidad mundial, que costara muchas vidas preciosas?, planteó uno de los responsables de la reunión a los líderes mundiales, haciendo un poderoso llamado a la necesidad de fijar los objetivos de financiación para las tareas de adaptación y mitigación del calentamiento global.
Sequías en la Amazonía, huracanes en Cuba, incendios forestales en Chile, inundaciones en España… la lista es larga solo en este año. Tal y como han previsto los científicos, los fenómenos extremos meteorológicos que antes eran extraordinarios, ahora son frecuentes e intensos. Mientras, los líderes mundiales, tal y como señala la ONU, siguen sin tomar medidas enérgicas para mitigar el cambio climático.
La proliferación de noticias falsas en momentos de crisis puede suponer graves riesgos para la integridad de las personas. Greenpeace desmonta algunos de los bulos que han surgido estos días a raíz de la DANA.
El huracán ya ha dejado a casi tres millones de hogares sin suministro eléctrico y un número aún indeterminado de fallecidos en EEUU.
Las olas de calor son el evento meteorológico extremo más mortal en España: 8000 muertes atribuibles al calor extremo entre 2022 y 2023. En la conocida Puerta del Sol de Madrid las cámaras de Greenpeace midieron esta semana una temperatura de 54,8 ºC, mientras que en la cercana Plaza Mayor se alcanzaron los 63,5 ºC y en la plaza de Callao, se midieron más de 65 ºC.
El cambio climático está empeorando las inundaciones y las sequías y reduciendo la calidad del agua, lo que supone una amenaza cada vez mayor para nuestra salud, según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Es urgente acelerar la ejecución y mejorar la coordinación de los esfuerzos de los gobiernos, las autoridades responsables del agua y los proveedores de asistencia sanitaria para prevenir y reducir los efectos sobre la salud.
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