Las partículas de HDL, donde viaja el llamado colesterol bueno, transportan diversas proteínas implicadas en la defensa frente a la infección y reducen la tormenta inflamatoria, no solo por COVID-19, sino también en otros contagios. Un colesterol bueno alto indica probablemente una mayor cantidad de estas partículas y, por tanto, una mayor cantidad de proteínas protectoras frente a la infección.

Por ello, es posible que fomentar aquellos factores que aumentan las HDL como son el ejercicio físico regular, no fumar o mantener una dieta sana ayude al organismo en la defensa frente a las infecciones en general y por COVID-19 en particular, reduciendo la mortalidad, según el estudio.

La baja concentración de colesterol HDLc se asocia con un mayor riesgo de mortalidad relacionada con la infección por SARS-CoV-2. En varones se considera bajo cuando está por debajo de 40 miligramos por decilitro (mg/dl); en mujeres, por debajo de 50 mg/dl.